Deprimartes
fosfórico:
Lo sostengo frente
a quien se me plante, el Rock Psicodélico ha sido lo mejor que le ocurrió a la Humanidad. Fue la primera vez que una generación utilizó una forma de arte tan
popular como la música para darle a entender al mundo, y a sí mismos, que los
límites que hasta entonces habían imperado, ya no eran válidos para los nuevos
tiempos que se vivían. Hacia el final de la década del ’60 las drogas
psicotrópicas habían convertido a estrellas de la música adolescente en
verdaderos artistas, y a cantautores que jugaban a ser juglares en émulos de
profetas existencialistas. El ácido lisérgico expandía la mente, la música
corría las fronteras de la imaginación, y las letras de las canciones
intentaban madurar para poder describir ese viaje: “Cuando
miro hacia al cielo veo tus ojos, que tienen un curioso color amarillo. Voy
corriendo a casa para meterme en la cama, hundo mi cabeza y allí veo tu cara
bajo mi almohada. Me levanto la mañana siguiente, cansado y todavía bostezando,
y veo tu rostro que se asoma espiando por mi ventana”. Los bordes de la realidad
también se veían afectados con esa sensación de libertad que se vivía en la
música al ya no conocer límites a la hora de la experimentación sonora. De
hecho, el sonido de esta canción pareciera propagarse a través de un medio
viscoso; nos deja una lejana y extraña reminiscencia casi imposible de
clasificar, ya que al oir este tema se siente como si estuviéramos nadando en
mermelada. Esto es gracias a la vibración del pedal “Phaser” de la guitarra
principal, un efecto que buscaba imitar el sonido psicodélico que destilaba el
parlante giratorio Leslie de los órganos Hammond.
La expresión que
aquí vemos, “matchstick men”, y que da título a este tema (literalmente:
hombres que parecen palillos de fósforos”) hace referencia a la manera en que
el pintor naíf L.S.Lowry retrataba en sus obras a los integrantes de una
multitud, como siluetas imprecisas y carentes de identidad propia. Aquí la
letra parece remarcar que la imagen de esa persona que acecha en los sueños es
tan persistente que es capaz de resaltar entre cualquier muchedumbre, carente
de la posibilidad de mezclarse con la masa anónima:
“Fotos de ti entre una multitud de personas. Espejismos de tu imagen entre esas
personas. Siento que lo único que vi todo mi vida fue a esa multitud y a ti”. Apuesto
mi alma a que en algún momento de la vida, todos hemos tenido esa sensación
acerca de la imagen de alguien en particular.
“Las
ventanas se hacen eco de tu reflejo, y éste desaparece cuando veo en esa
dirección. ¿Cuándo cesará este acecho? Tu rostro no parece querer dejarme en
paz”. Status Quo, fundada por Francis Rossi y Alan
Lancaster en 1962, no sólo es una de las bandas más longevas de la historia;
sino que siempre ha sido extremadamente ubicua, tal es así que ha logrado
plasmar a lo largo de su carrera excelentes ejemplos del sonido de cada década,
además de ser la banda que mayor cantidad de entradas en los rankings ingleses
tiene de todas las que han existido (más de sesenta temas suyos se han colado en
los charts británicos). Curiosamente, fueron incapaces de reiterar éste éxito
arrollador en las listas americanas. Si bien visitaron con éxito el Hard Rock en
los ‘70 y el Pop Rock en los ’80, en sus primeros años de éxito coquetearon con
el estilo artístico de la psicodelia, lo que les permitió escribir este tipo de
letras tan oníricas: “Tú en el cielo, tú con ese
tipo; haces llorar a todos los demás con tu mentira”. No tiene mucho
sentido buscarle significado a estas oraciones, sino simplemente disfrutar la
emoción que puedan llegar a causarnos, así que… ¡Feliz Deprimartes!