martes, 29 de julio de 2014

Capítulo 94: “Walking On Broken Glass”: Annie Lennox. (1992)




Deprimartes cortante:

El amor… Esa cosa insulsa, idiotizante, y que no sirve para nada. Bah, si sirve. Sirve para causar un dolor terrible, como lo deja en claro la gran Annie Lennox: “Fuiste lo más dulce que conocí, pero ya no me interesa lo dulce si no puedo tenerte. Desde que me abandonaste toda mi vida se despedazó. Ayúdame a levantar las piezas, porque siento como si estuviera caminando sobre vidrio roto”.

La mitad de Eurythmics que canta nos trae la visión de una fiesta europea del siglo XVIII, con toda la hipocresía que eso significaba. Híper producirse en vestuario y maquillaje para ir a pasarla mal, lo importante era aparentar -aunque esto suene tan actual-: “El sol aún brilla en el cielo azul, pero eso ya no tiene importancia para mí. Dejemos que llueva, dejemos que el viento me atraviese. Estoy en una habitación vacía, con todas las ventanas destrozadas; y tengo tan poco que perder que siento como si estuviera caminando sobre vidrio roto”.

Nuestra heroína se reencuentra con un viejo amor que se nota que la marcó a fuego. El objeto de su deseo parece estar en otro nivel, es el centro de la fiesta (interpretado por el genial John Malkovich, un artista tan grande que probablemente sea el único actor vivo cuyo nombre figura en el título de una película). Y el reencuentro es incómodo, acentuado por la aún más incómoda compañía del esposo de la cantante, un palurdo carente de luces, que, ante los ojos de nuestra protagonista; empalidece ante su anterior amante. Que este marido esté interpretado por otro genial actor, un entonces joven Hugh Laurie (mi muy querido Doctor House), no es una anécdota menor. Toda esta suma de talentos le da un marco espectacular a la canción.


Pero volvamos al amor. Por malo que sea, hay algo que no se le puede negar. Es adictivo. Por más que nos haya lastimado, siempre le pedimos que vuelva a solucionar nuestra vida: “Y si estas tratando de cortarme, ten cuidado porque puedo sangrar. Si estas tratando de cortarme, ten en claro que lo lograrás. Y si lo que quieres es lastimarme, entonces no tengo nada que temer; porque si lo que quieres es lastimarme, lo estás haciendo muy bien. Así que cada uno de nosotros fue hecho para sufrir, cada uno de nosotros fue hecho para llorar. Pero nos hemos lastimado tanto el uno al otro, que ahora el sufrimiento es demasiado profundo. Rescátame del naufragio, sálvame de la explosión; restáurame y acéptame de nuevo. No dejes que siga caminando sobre vidrio roto”. Como dice la vieja maldición árabe: “¡Ojalá que te enamores!”. Feliz Deprimartes.

2 comentarios:

  1. Qué cierto!! Yo siempre he creído en la proporcionalidad en el sentir, así que me he preparado para sufrir como una perra cuando me notaba morir de amor. Supongo que decidí en algún momento vivir intensamente aunque eso me costara la vida.
    No me sorprende la pasión sentida por el fascinante Malkovich, tan sexy...en detrimento de su anodino marido, me perdone el señor House, con todo lo que me gusta pero John...uuuffff....
    Qué gran canción, qué gran vídeo y qué genial interpretación.
    Un beso

    ResponderBorrar
  2. Todos la hemos pasado mal por estar en escalones distintos en nuestras querencias. Y bueno, parece que la vida puede medirse en cuánto hemos sufrido por amor. ¡Un gran beso, querida Nuria!

    ResponderBorrar