martes, 12 de septiembre de 2017

Capítulo 185: “Pink”. Aerosmith. (1997)



Deprimartes sonrosado:

“El rosado es como el rojo, pero no tan fuerte”, nos dice Steven Tyler; la boca más grande del Rock & Roll. Es increíble que un ser humano con unas facciones tan particulares haya tenido una hija cuya hermosura fue digna de retratar en la pantalla grande a una princesa elfa. Y aquí lo vemos a este bocón, como a lo largo de toda su carrera, al frente de esa banda de casi cinco décadas de carrera que ha sido Aerosmith. Con la guitarra de Joe Perry como apuesta segura a la hora de rockear en grande, esta agrupación siempre ha tenido idas y venidas, pero nunca dejó de estar presente en los charts. Tal es así que es una de las bandas norteamericanas de mayor volumen de ventas de la historia del Rock. Y más allá de los excesos que han tenido, como toda buena estrella musical, para ellos la vida también ha sido color de rosa: “El color rosado es mi nueva obsesión, con el rosado ni siquiera tengo dudas. El rosado en los labios de tu amante, porque el amor es de color rosa cuando recién lo descubres”.

“Rosado, como el brillo que corona tu cereza; rosado, porque tú eres tan especial. El rosado es el color de la pasión, porque hoy simplemente se ha puesto de moda”. El videoclip de esta canción está filmado con una técnica de imágenes generadas por computadora, que permiten poner en escena distintas improbables mezclas entre los rostros de los integrantes de la banda y una treintena de cuerpos diferentes; algo que probablemente le encantaría hacer en la vida real a los futuros popes de la moda y el diseño. Mezclarse y ser más de uno. Pretender ser lo que no se es. Y ese es el verdadero problema cuando renunciamos a ser quienes somos en realidad. Por incorporar a nuestro aspecto o a nuestra personalidad una sumatoria de detalles destinados sólo a agradar a los demás, perdemos toda nuestra autenticidad. En muchas maneras, cada uno de los integrantes de este video es único e irrepetible; y en casi todos los casos pareciera que tan sólo están intentando encajar en algún estereotipo. Hoy en día se ven tantos tatuajes y piercings que estoy seguro que más de uno de ellos es sólo producto de la inercia, sólo otra consecuencia más de esa cultura idiota de seguir una moda: “Rosado es el amor a primera vista, todo se vuelve rosado cuando apago la luz. El rosado hace que me eleve como una cometa, y creo que todo va a estar bien; sea lo que sea que hagamos esta noche”.

“Podrías ser mi flamenco, porque el color rosado es como la nueva jerga que se habla hoy. Rosado, como ese paraguas decorativo que usas. Sabes que es un poco pervertido, y por eso nunca le contaste a ella que lo tienes”. Es imposible hacerse completamente el desentendido y mirar para otro lado frente alguna de las expresas insinuaciones sexuales de esta letra. El rosado es el color del amor, por supuesto. Pero también es el color del sexo, literalmente. Un crayón favorito a la hora de jugar, y que está queriendo ser envuelto en látex. Todo es color de rosa. Y obviamente, cuando la vida es color de rosa, es evidente que no falta sexo satisfactorio en ella: “Me gustaría ser tu amante, me gustaría envolverte en látex; tan rosado como las sábanas sobre las que me recuesto, porque el rosado es mi crayón favorito. Oh, sí”. ¡Feliz Deprimartes!

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