Deprimartes adulto:
“Me
protegiste de todo daño, no me dejaste desfallecer de frío. Me diste la vida y
me pusiste en libertad. Los mejores años que sé que he tenido, fueron aquellos en
que estuviste conmigo”. Si hubo
algo más que rescatable de todo lo impuesto en la espantosa década de los ‘80s,
años empantanados en la sobreproducción y la carencia de talento, fue esa rama
del Rock denominada Soft Rock, o AOR (Adult Oriented Rock); más conocida como “Rock
para adultos”.
Este género logró potenciarse de la mano de las emisoras de radio FM, porque
estaba ideado para que los ya cuarentones que habían nacido con el primer Rock,
y que sabían apreciar la buena música, pudieran volver del trabajo en sus
coches mientras disfrutaban de unos solos de guitarra eléctrica con la pizca
justa de distorsión y teclados con mucha presencia, junto con unas delicadas
líneas de bajo, una suave pero decidida batería, y el colchón de una celestial
guitarra de doce cuerdas. Y allí fueron triunfando con el paso del tiempo
logradísimos exponentes como Eagles, REO Speedwagon, Toto y Talking Heads
entre muchísimos otros. Pero todo esto tuvo su origen unos diez años atrás, de
la mano de grupos que venían del Folk Rock, como Bread, que nos cantaban muy
dulcemente algo así: “Me enseñaste cómo amar,
de qué se trataba todo aquello. Nunca dijiste demasiado, pero aún así tú me
mostraste el camino. Y yo aprendí todo sólo viéndote. Nadie más podía conocer
esa parte de mí que no quería dejar las cosas atrás”. Estos californianos liderados por David
Gates y por el ganador de un Oscar Jimmy Griffin, usaron a destajo el formato
de canción, con una muy cuidada producción y que por lo general tienen una base
de guitarras acústicas. Todos sus éxitos –que fueron muchos- son realmente muy
agradables de escuchar.
“¿Hay
alguien a quien conoces y amas profundamente, pero das por sentado que siempre
estará allí? Puedes perderlo un día, que alguien lo arranque de tu vida, y esa
persona ya nunca oirá lo que aún tengas para decirle”. En lo que
respecta a la temática de la letra, aquí Gates abre su corazón y lo vuelca en
agradecimiento hacia un ser a quien le debe prácticamente todo. Su vida, su
libertad, sus mejores años, su forma de amar, su ejemplo. Es muy fácil pensar
en una pareja que bien podría haber resignificado toda su vida -¿a quién no le
ha pasado?-, o un encuentro con una deidad que bien pudo haber hecho lo
mismo. Pero el buen David ha confesado que si bien todo eso podría ser cierto,
él tomo como principal inspiración para este tema a su ya difunto padre: “Yo daría todo lo que tengo, daría mi vida, mi corazón,
mi casa, sólo para tenerte de regreso. Sólo para poder abrazarte una vez más”. Triste,
pero así es la vida… ¡Feliz Deprimartes!
Gracias. Pensé que era una canción Gospel.
ResponderBorrarGracias por tu comentario. En este caso no se trata de una canción Gospel, aunque hay varias melodías dentro del Rock que abrevan en ese otro género. Te mando un abrazo, y ojalá me tope con tus opiniones en otros posteos de este blog. ¡Saludos!
Borrar