Deprimartes contemplativo:
La intención de esta
sección es darle un vistazo a todo el espectro de los sentimientos que rozan la
tristeza, ese gran arco iris de todos los matices que van desde el azul al
negro. Así que nada mejor que contar hoy con la visita del gran Robert Smith,
para que nos ilustre sobre una ruptura amorosa: “Llevo tanto tiempo mirando estas fotografías tuyas que ya
casi creo que son reales. Llevo tanto tiempo viviendo con tus fotografías que
ya prácticamente creo que esas fotografías son lo único que puedo sentir”.
Mi enorme respeto a The Cure, ya que es probablemente la primera gran banda
de la historia del rock que se dedicó casi exclusivamente a cultivar un costado
depresivo y oscuro. No por nada han tenido tantos adeptos, que terminaron formando
un movimiento “darkie” lleno de personajes que copiaban al señor Smith desde el
costado estético, y que encontraban en su poesía desangrada la nota justa de esa
melancolía que describe el vacío en que nos deja una separación: “Te recuerdo parada en silencio bajo la lluvia, mientras yo corría para
acercarme a tu corazón. Y nos besamos hasta que el cielo se enamoró de nosotros,
y yo te abrazaba fuertemente, como queriendo compartir tus temores. Te recuerdo
corriendo suavemente a través de la noche, eras más grande, más brillante y más
amplia que la nieve que nos rodeaba. Y gritamos descubriendo los engaños, y le
gritamos al cielo; y finalmente encontraste el valor para dejar todo atrás. Todavía
te recuerdo tendida en mis brazos, llorando por la muerte de tu corazón. Estabas
totalmente pálida, tan delicada en medio del frío; siempre estuviste como perdida
en la oscuridad. Te recuerdo tal como siempre fuiste, como si estuvieras dulcemente
sofocada, de un modo angelical; eras mucho más que todo… Quédate un instante
más en mi memoria y luego desvanécete de a poco. Ahora abro los ojos, pero,
como siempre, nunca veo nada…”. Extenso y muy poético relato de
una evocación. A medida que pasan los años, y nos vamos poniendo viejos, nos
encontramos a nosotros mismos conversando con nuestros recuerdos, cada vez con
mayor frecuencia. Lo que estamos diciendo es algo así como: “Por favor, quedate
en mi memoria y acompañame como un hermoso recuerdo”. Quedate conmigo para siempre
de la única manera valedera, como un ideal brillante que me sirva de combustible
para lo que me resta de vida.
“Si al menos
hubiera pensado en las palabras correctas, tal vez habría podido retener tu
corazón. Si al menos hubiera pensado en lo que tenía que decir, hoy no estaría
aquí, rompiendo todas tus fotografías”. Gran verdad, querido Robert.
¿Quién no se sorprendió en un arrebato de despecho rompiendo todo aquello que
le recordaba a un amor que supo hacerlo feliz? ¿Quién no se recriminó el no
haber podido encontrar el argumento justo como para retener a esa persona a su
lado? En fin, ¿quién no lloró?: “Tanto tiempo pasé mirando estas fotografías tuyas, pero
con eso no conseguí retener tu corazón. Tanto tiempo buscando la forma de serte
sincero, pero siempre termino por romper tus fotografías. No había nada en el
mundo que deseara con más fuerza que sentirte en lo más profundo de mi corazón.
No había nada que deseara con más fuerza que no estar hoy aquí, rompiendo todas
tus fotografías”. Hay que seguir adelante, así que…
¡Feliz Deprimartes!
Retener a una persona no tiene sentido. Lo mejor del amor es que sea espontáneo. No hay argumentos en el amor.
ResponderBorrar